viernes, 31 de enero de 2014

La vida en las barriadas de chabolas. ¿Oportunidad o trampa de la pobreza? (2)

Esta es la segunda parte de la traducción de mi artículo de enero de Mapping Ignorance. Debe leerse la primera para poder entenderla.


Sobre las causas que hacen de los asentamientos informales trampas de la pobreza, numerosos autores han recogido datos sobre salud, indicadores de inversión y de políticas públicas, y dan una idea consistente con los modelos teóricos de las trampas de la pobreza, tal y como se describen en Azariadis y Drazen (1990) [7] y revisan empíricamente López-Casanovas et al. (2005) [8], Bleakley (2010) [9] y Currie y Vogl (2013) [10]. Los indicadores de salud muestran unas chabolas con muy poco espacio disponible, densidades de población muy altas, fuentes de agua compartidas por docenas de familias, un alto porcentaje de letrinas infectadas, una esperanza de vida inferior a la rural y a las áreas urbanas no informales y una mortalidad infantil más alta. Es más, un número muy alto de hogares informan que alguno de sus miembros ha estado enfermo en el mes anterior a la encuesta.

Los indicadores de inversión muestran que la mayoría de los habitantes no son propietarios de su chabola y que pagan una proporción elevada de sus ingresos como renta. Cualquier intento de mejorar la vivienda, por otra parte, es relativamente caro. Las inversiones públicas son difíciles, pues los intereses de los señores de las barriadas, que controlan el mercado del terreno y de las viviendas y que a menudo son burócratas locales, miembros de bandas o traficantes de droga, no coinciden con los intereses de la mayoría silenciosa de sus habitantes. Además de eso, los asentamientos informales no suelen estar en los planes de mejoras urbanas y sus poblaciones son sistemáticamente minimizadas en los censos. Finalmente, las barriadas sufren la paradoja de Torado (1976) [11]: no es posible aumentar los estándares de vida sin generar un influjo adicional de inmigrantes desde las zonas rurales, que termina deteriorando toda la inversión pública y privada realizada.

3. El paradigma de los títulos de propiedad

Los escritos de De Soto (2000) [12] fueron muy influyentes en el debate para dotar de títulos de propiedad y derechos sobre la tierra y la vivienda. De Soto argumentaba que dotando a los pobres de títulos de propiedad sobre su terreno serviría de colateral a millones de pobres en áreas urbanas en todo el mundo. De hecho, esta relación positiva entre la seguridad de la propiedad y la inversión está bien documentada en la literatura empírica sobre asentamientos rurales. Sin embargo pocos estudios académicos han estudiado el impacto de los programas de dotación de títulos de propiedad en las decisiones de inversión en las barriadas de chabolas.

Marx et al. (2013) [2] no son optimistas y muestran evidencias de cómo estos programas pueden no tener los resultados esperados. La mayoría de los propietarios viven fuera de la barriada y no parecen tener problemas con que se les reconozca sus derechos informales sobre las personas a quienes se las alquilan (Syagga et al. 2002 [13]). Palmer (1998) [14] apunta que la efectividad de los programas depende de si aumentan la seguridad de que puedan disfrutar las familias pobres. En un giro interesante, Durand-Lasserve et al. (2007) [15] revisan la evidencia de varios programas de escrituración de propiedades que indica que la seguridad del alojamiento puede haber disminuido (porque con la legalización se hacen más fáciles los desahucios) en Afganistán, Camboya, Egipto, India y Ruanda.

Recomendaciones

En el pasado se intentó reducir la población de las barriadas de chabolas con desahucios y abandono. La idea era desincentivar la emigración a estos asentamientos informales e incentivar a sus habitantes a irse. En los años 70 ya estaba claro que este tipo de medidas no funcionaba y se sustituyeron por políticas de mejora, pero el entusiasmo inicial de los proyectos de mejora se fue apagando hacia el final de los 80, al continuar expandiéndose las barriadas y no poder mantenerse las mejoras introducidas.

La experiencia de los países que han conseguido evitar el crecimiento de sus asentamientos informales, como Brasil o Egipto (véase la Figura), parecen ser aquellos en que las políticas hacia las barriadas han consistido en una combinación de instrumentos en lugar concentrarse en uno solo. Estos instrumentos incluyen esfuerzos para aumentar la transparencia y la eficiencia del mercado de la propiedad de la tierra, para mejorar la gobernanza local, incrementar masivamente las inversiones públicas y aumentar también la oferta de casas baratas (UN-Habitat 2010 [16]).

Referencias


2. Marx, B., Stoker T., and Suri T. 2013. The economics of slums in the developing world. Journal of Economic Perspectives 27, 187-210.


7. Azariadis, C., and Drazen A. 1990. Threshold externalities in economic development. Quarterly Journal of Economics 105, 501–26.

8. López-Casasnovas, G., Rivera, B., and Currais, L. eds. 2005. Health and economic growth: findings and policy implications. Cambridge, MA: MIT Press.

9. Bleakley, H. 2010. Health, human capital, and developmentAnnual Review of Economics 2, 283-310.

10. Currie, J., and Vogl, T. 2013.  Early-life health and adult circumstance in developing countries. Annual Review of Economics 5, 1–36.



13. Syagga, P., Mitullah W., and Karirah-Gitau S. 2002. Nairobi situation analysis supplementary study: a rapid economic appraisal of rents in slums and informal settlements (draft). Contribution to the Preparatory Phase (January-November 2002) of the Government of Kenya & UN-HABITAT Collaborative Nairobi Slum Upgrading Initiative.

14. Palmer, D. 1998. Security, Risk and RegistrationLand Use Policy 15, 83–94.

15. Durand-Lasserve, A., Fernandes, E., Payne, G., and Rakodi, C. 2007. Social and economic impacts of land titling programmes in urban and peri-urban areas: a review of the literature. Paper presented at the World Bank Urban Research Symposium, Washington DC, May 2007.

16. UN-Habitat. 2010. State of the world’s cities 2010/2011. Nairobi: United Nations Human Settlements Programme.

miércoles, 29 de enero de 2014

La vida en las barriadas de chabolas. ¿Oportunidad o trampa de la pobreza? (1)

Esta es la primera parte de la traducción de mi artículo de enero de Mapping Ignorance.


Se estima que al menos 860 millones de personas viven en barrios de infraviviendas (conocidas en distintos países como chabolas, villas miseria, asentamientos informales o poblaciones, entre otros, o como favelas en portugués o slums en inglés). El número ha ido creciendo en seis millones al año en el periodo de 2000 a 2010 (UN-Habitat 2012) [1]. El estudio de las barriadas de chabolas en todo del mundo es un problema complejo: no tenemos un buen modelo para estudiar su actividad económica ni datos completos ni maneras claras de contrastar hipótesis. Tenemos, en cambio, muchos estudios que recogen datos de diferentes variables en unas cuantas de estas barriadas. El presente artículo resume el trabajo de Marx et al. (2013) [2], un estudio que junta toda la información disponible para ofrecernos el panorama más completo de que disponemos hasta ahora. (Solo citaré una pequeña parte de la bibliografía, el resto puede ser consultado en el trabajo referido). En un estudio que muestra cómo un buen análisis descriptivo puede tener un buen uso científico, los autores arrojan luz sobre tres importantes cuestiones:
  1. Los emigrantes que van a una barriada de chabolas ¿ven mejorada su vida?
  2. Estas barriadas ¿son una oportunidad para subir en la escala social o son trampas de pobreza?
  3. ¿Cuáles son las mejores políticas para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las barriadas? En particular, ¿son beneficiosos los programas para dotarlos de títulos de propiedad?
1. La hipótesis de preferencia revelada

De acuerdo con este principio básico de Economía, la gente de áreas rurales pobres que se desplazan a una barriada de chabolas deben mejorar puesto que deciden hacerlo libremente. De hecho, los estudios disponibles confirman esta hipótesis. Glaeser (2011) [3] provee evidencia de que en todo el mundo los pobres urbanos son en media más ricos y felices que los pobres rurales. Por otra parte, Chowdhury et al. (2009) [4] muestran que la emigración estacional en Bangladesh genera mejoras en el bienestar a las familias emigrantes. Sin embargo, esto no valida per se la hipótesis de que las barriadas de chabolas constituyan un trampolín para una movilidad social, puesto que la mejora puede no ser suficiente para convertirse en una mejora de las condiciones de vida sostenida en el tiempo.

2. ¿Oportunidad o trampa de la pobreza?

Un primer hecho que queda claro en los datos es que en muchas barriadas los estándares de vida no parecen mejorar con el tiempo. Por ejemplo, en el asentamiento informal de Kibera, Kenia, los datos del censo que miden variables como la educación, el número de habitaciones per cápita y de letrinas compartidas, entre otras, sugiere que las condiciones de vida se han deteriorado o, como mucho, se han estancado en el periodo 1999-2009, años en los que la economía del país creció a un ritmo del 3,5% anual.

Por supuesto, este simple análisis deja de lado un problema de selección: las familias que mejoran su condición pueden dejar de vivir en el asentamiento, mientras que a él llegan nuevos inmigrantes pobres. La literatura disponible, en general, no muestra evidencias de que haya cambios rápidos en la composición de las barriadas. En los datos de Kibera, las familias declaran haber vivido en la barriada una media de 16 años, y que los ingresos no han crecido con el tiempo. En los asentamientos informales de Bangladesh, el ingreso per cápita está correlacionado negativamente con el número total de años que la familia ha pasado en el asentamiento y con el número de años pasados desde el abandono del ámbito rural. En este mismo sentido, UN-Habitat (2003) [5] informa de que el 41% de los habitantes de las barriadas de Calcuta llevan viviendo en ellas más de 30 años, y más del 70% han vivido más de 15. En el caso de las barriadas de chabolas de Bangkok, el 60% de los habitantes dicen haber nacido en la misma barriada en que viven.

La idea de que estas villas miseria sean una trampa de la pobreza implica que los hogares no es que se muden a ellas planeando quedarse, sino que se ven atrapadas en un mal equilibrio económico. Los datos del APHCR (2013) [6] hablan por sí mismos: muy pocos residentes de las barriadas se desplazan, solo un 15%, y un tercio de los que lo hacen es para ir a otra chabola.

(Continúa aquí.)

Referencias

1. UN-Habitat. 2012. State of the world’s cities 2012/2013: prosperity of citiesNairobi: United Nations Human Settlements Programme.

2. Marx, B., Stoker T., and Suri T. 2013. The economics of slums in the developing world. Journal of Economic Perspectives 27, 187-210.


4. Chowdhury, S., Mobarak A.M., and Bryan G. 2009. Migrating away from a seasonal famine: a randomized intervention in BangladeshHuman Development Research Paper 2009/41.

5. UN-Habitat. 2003. The challenge of slums: global report on human settlements 2003London and Sterling, VA: Earthscan Publications.


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Hace tres años en el blog: Sé realista, pide lo imposible.
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sábado, 25 de enero de 2014

Los mitos de la razón. El Tranvía del Dilema.

Imagen del Tranvía del Dilema con algunos rezos a él dedicados

Vehículo fantástico de las sagas filosófico-morales, cuya importancia nada tiene que ver con la capacidad de transportar mortales o dioses, sino con la de servir como instrumento de innumerables versiones de un mismo rito.

Al estilo de las variaciones inducidas en el Cuento de la Buena Pipa, del Rey que tenía tres hijas y las metió en tres botijas y las tapó con pez o de la frustrante tarea de Sísifo, los trabajos y los días del Tranvía del Dilema son interminables. En los primeros viajes el Tranvía del Dilema debe ir por una vía o por otra y arrollar a una o a diez personas, según por cuál se decida. A veces las personas son paseantes, a veces trabajadores de la compañía de tranvías. En los siguientes dilemas se recurre a toda suerte de elementos que parecen surgir en el relato al albur del sacerdote que se encarga de repetir los rezos. Tan pronto aparecen interruptores que están en posiciones caprichosas como caen sobre las vías obesos personajes desde puentes que antes no estaban ahí. El Tranvía del Dilema se ve forzado a volver a comenzar una y otra vez una carrera a ninguna parte, pero llena de obstáculos morales.

Al igual que en el Cuento de la Buena Pipa, a medida que avanza la repetición, las nuevas versiones se alejan cada vez más del relato principal sin evitar giros absurdos o directamente cómicos. Así, el escenario del tranvía termina, por ejemplo, transformándose en un quirófano con mortales necesitados de órganos y ciudadanos que se podrían sacrificar como donantes de esos órganos. El límite de hasta dónde se puede llegar con estas letanías lo pone la imaginación del filósofo oficiante a quien le corresponda mantener viva la tradición del Tranvía del Dilema.


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Hace tres años en el blog: Es que lo tengo que hacer yo todo.
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martes, 21 de enero de 2014

El vídeo de la charla Economía y Pseudociencia

El sábado pasado (20 de enero de 2014) di mi charla sobre Economía y Pseudociencia en Escépticos en el pub ante una gran audiencia. Aquí pongo los enlaces, después de agradecer a los organizadores y técnicos de imagen y sonido.

Primero, el audio de la entrevista previa que me hicieron para Pensando Críticamente:



Segundo, la charla, con su presentación en diapositivas y voz mía en off:



Tercero, el turno de preguntas del público, ahora con imágenes de la audiencia y del ponente:


Espero que os guste.

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Hace tres años en el blog: La ortografía que viene.
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sábado, 18 de enero de 2014

Los mitos de la razón. El Demonio de Laplace.

No hay muchas representaciones del Demonio de Laplace,
pero las que hay suelen ser inquietantes.

Se decía de este personaje que era capaz de saber todo el futuro sin más que observar el presente, del que debía conocer no solo la posición de cada objeto, sino también su velocidad y masa. En épocas anteriores tal poder solo se atribuía a algunos dioses, quienes, a partir del reinado de Newton, pugnan con del Demonio de Laplace por el culto en los altares, sobre todo entre las clases educadas. Se le dio el nombre de demonio y no el de dios para resaltar su carácter materialista frente al sobrenatural del mito anterior.

De las historias que se relataban acerca de este demonio, y que todavía perduran en algunas narraciones modernas, destaca la que lo relaciona con el Libre Albedrío, un personaje mucho más antiguo, cuya existencia siempre fue objeto de debate. Incluso entre los que afirmaban que el Libre Albedrío sí existía el debate se refería a su lugar de residencia. La mitología antigua necesitaba de este personaje para completar su cosmología, pero nunca desarrolló un relato completo y consistente de sus atributos. La llegada del Demonio de Laplace vino a hacer más difícil encontrar una morada para el Libre Albedrío.

Las historias posteriores en que aparecen los dos personajes son contradictorias. Mientras que en algunas pierde protagonismo el Libre Albedrío, en otras se consigue mantener el sentido arcaizante mezclándolo con nuevos mitos. Así, algunas leyendas más recientes intentan eliminar la parte sobrenatural del culto antiguo para situar al Libre Albedrío entre qualias, postulando la existencia de estos seres creadores de la consciencia, o entre quantas, aprovechando la indeterminación que prevalece en las sagas de la mecánica cuántica.

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Hace tres años en el blog: Más errores de Vicenç Navarro.
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lunes, 13 de enero de 2014

Los mitos de la razón. El Votante Mediano.

Representación típica del Votante Mediano:
Anónimo y rodeado de otros votantes por todas partes.

Se atribuyen a Hotelling las primeras referencias de este personaje fabuloso, capaz, en votaciones unidimensionales, de determinar él solo el resultado. Aunque en algunas interpretaciones lo hace desplazándose hasta el lugar del espectro político en donde tiene lugar una votación reñida, todos los estudios modernos de los textos antiguos prefieren la interpretación alternativa, según la cual su sola presencia hace que los dos candidatos principales acaben pareciéndose como dos gotas de agua.

Los poderes aparentemente sobrenaturales que presenta el Votante Mediano, a quien se llega a llamar "El Ganador de Condorcet", pudieran no ser tales. Según los relatos que se conservan, parece ser que los propios candidatos llegaban a detectar la presencia del personaje, siempre colocado en el fiel de la balanza, y alteraban sus propuestas de acuerdo con sus caprichos para abarcar la mayor parte del espectro político.

Por un momento pareció que la veneración por este ser desaparecería al aumentar el número de candidatos, al desarrollarse la sociedad para generar votaciones cada vez con más dimensiones y al progresar la tecnología que permitiría agrupar a los votantes en grupos mejor comunicados. No sucedió así y su culto cruzó fronteras para llegar a territorios tan alejados como los canales de telecomunicaciones y las modas.

Un tanto en contradicción con el poder que se le supone, al Votante Mediano se le suele representar como a un personaje sin preferencias claras, incapaz de adquirir compromisos ideológicos claros o de tomar medidas radicales y siempre optando por las medias tintas. Otras fuentes, en cambio, lo asocian con el compromiso y la capacidad de unir a una sociedad que, de otra manera, se conduciría al enfrentamiento.

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Hace tres años en el blog: Entrevista a Arcadi Espada, director de Ibercrea.
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jueves, 9 de enero de 2014

Economía y Pseudociencia en Escépticos en el pub

Este sábado 11 de enero presento la charla Economía y Pseudociencia, basada en mi libro, dentro de Escépticos en el pub (Irish Corner, en Arturo Soria, 6, Madrid). Será una buena ocasión para que pueda responder a todo lo que siempre quisisteis saber y nunca os atrevisteis a preguntar (o sí) sobre el tema. Estaré encantado de departir con quien quiera pasarse y quedarse un rato después.

Sobre la ponencia:
La charla versará sobre cuatro aspectos que distorsionan, por decirlo suave, la realidad de la investigación económica. Uno es la manera en que cualquier discurso aparentemente coherente pasa a ser creído sin más crítica por una parte de la sociedad por motivos seguramente ideológicos. El segundo aspecto se refiere a la toma de decisiones de políticas económicas por los poderes públicos que no se basan en evidencias o que son directamente contrarias a ella. En tercer lugar se muestra la metodología científica que hay detrás de la Economía académica y de la que carecen las ideas económicas que no tienen cabida en ella. Finalmente se ofrecerán algunas aclaraciones sobre dónde está la ideología en la Economía.
Aquí tenéis el cartel por si queréis darle difusión al evento:


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Hace tres años en el blog: La nueva tregua de ETA.
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martes, 7 de enero de 2014

La Economía y el debate entre naturaleza vs. crianza (2)

Figura I Comparación del coeficiente de transmisión de padres a hijos.
Reproducido de Sacerdote (2007).
El gráfico muestra los coeficientes de una regresión de las medidas en varias variables del hijo sobre las de la madre para adoptivos (eje horizontal) y no adoptivos (eje vertical).

Esta es la segunda parte de la traducción de mi artículo de diciembre en Mapping Ignorance. Debe leerse la primera parte para su comprensión.

Los estudios anteriores, sin embargo, contrastan con el hecho de que el ambiente sí parece influir, tal y como se recoge en los estudios sobre los efectos de asignación de escuelas realizados por Hoxby y Murarka (2007) [10], Evans y Schwab (1995) [11] y Neal (1997) [12]. Se pueden intentar reconciliar estos datos con el modelo anterior de varias maneras: tal vez el efecto tiene lugar a través del 15-20% de explicación de la varianza por causas ambientales, o tal vez los genetistas del comportamiento trabajan con un rango restringido de ambientes observados en unas pocas sociedades. Además, el modelo de partida puede ser excesivamente simple. La influencia de los distintos factores puede no ser lineal o aditiva, o tal vez as correlaciones entre ellos no son cero, y el no tener en cuenta estas posibilidades tal vez hace que se infraestime el factor ambiental y se exagere el genético. De hecho, Dickens y Flynn (2001) [13] presentan un modelo en el que el ambiente responde de manera endógena a las dotaciones genéticas y encuentra unas estimaciones distintas. Björklund et al. (2005) [14] permiten distintas correlaciones ambientales entre gemelos idénticos y gemelos no idénticos y muestran cómo los efectos de la herencia genética disminuyen significativamente. Ridley (2003) [15] y Turkheimer et al. (2003) [16] también muestran cómo la hipótesis de linealidad puede sobre estimar el factor genético.

Hay un largo recorrido desde la observación de que la genética importa hasta una descomposición de la varianza, y luego de ahí a la estimación de efectos causales de intervenciones fuera del rango y a las predicciones de los cambios en las políticas. Un problema de visión puede tener una causa genética al 100%, pero eso no impide que se pueda corregir con unas gafas.

Sacerdote (2011) [1] propone un enfoque distinto, usado por economistas, que requiere calcular coeficientes de transmisión para varios resultados de padres biológicos a hijos dados en adopción. Un ejemplo de coeficientes de transmisión tiene la forma:

    Ei = a + dEMi + gXi + ei,

donde Ei y EMi son los años de educación de un niño adoptado y los de la madre adoptiva (o biológica), respectivamente, mientras que Xi puede ser un vector para controlar por la edad o el sexo. El coeficiente capta el grado en que un año adicional de educación en la madre se transmite al hijo.

Björklund et al. (2006) [17] usa el censo de todos los hijos adoptivos en Suecia nacidos entre 1962 y 1966 y una muestra del 20% de los no adoptivos nacidos en ese mismo periodo. Con esos datos estima los coeficientes de transmisión de los padres adoptivos o biológicos a los hijos adoptivos y no adoptivos. Los datos que considera son años de escolarización, la posesión de un título universitario, los ingresos anuales y los salarios.

Para los no adoptivos vemos que los coeficientes de transmisión de los ingresos están alrededor de 0,24, similar a otras estimaciones hechas en la literatura. La transmisión de la educación es también un 0,24, y también similar a la encontrada en otros estudios. No se encuentran diferencias si se usa el nivel de educación del padre o de la madre.

Para los hijos adoptivos se encuentran un par de hechos de interés. La transmisión de años de educación del padre biológico al hijo dado en adopción es alta, con un coeficiente de 0,113, casi igual al coeficiente de transmisión de los padres a sus hijos adoptivos, que es 0,114. Más aún, ambos coeficientes suman 0,227, que es casi igual al coeficiente de transmisión a los hijos no adoptivos, que es 0,24. Sacerdote (2007) [18], Liu y Zeng (2007) [19] y Plug (2004) [20] son estudios adicionales en esta misma dirección. Esta aditividad aparente de la transmisión de los padres biológicos y adoptivos se puede observar en cinco de las seis relaciones analizadas. El coeficiente de transmisión de los padres biológicos es, con todo, mayor en algunas de ellas.

La Figura I muestra los coeficientes de transmisión para nueve diferentes variables y para hijos adoptivos y no adoptivos. El patrón que se observa es que las características físicas como la obesidad y la altura muestran poca transmisión entre padres e hijos adoptivos, mientras que las sociales, como el fumar o beber moderadamente, muestran una transmisión similar desde los padres biológicos y adoptivos. La educación está en un lugar intermedio.

Estudios como estos pueden reconciliar la evidencia acumulada de que la biología importa muchos con la no menor evidencia de que las diferencias en la calidad de la escuela y del ambiente familiar también son importantes, y pueden proveer las bases de políticas efectivas hacia las desigualdades sociales.

Referencias


10. Hoxby, Caroline M., and Murarka, Sonali. 2007. New York City's charter schools overall report. Cambridge, MA: New York City Charter Schools Evaluation Project, June.

11. Evans, William N. and Robert M Schwab. 1995. Finishing high school and starting college: do catholic schools make a difference? The Quarterly Journal of Economics 110, 941-974.

12. Neal, Derek. 1997. The effects of catholic secondary schooling on educational attainment. Journal of Labor Economics 15, 98-123.

13. Dickens, William, and Flynn, James R. 2001. Heritability estimates versus large environmental effects: the IQ paradox resolved. Psychological Review 108, 346-369.

14. Björklund, Anders; Jäntti, Markus, and Solon, Gary. 2005. Influences of nature and nurture on earnings variation: a report on a study of various sibling types in Sweden. In Samuel Bowles, Herbert Gintis, and Melissa Osborne Groves (eds.), Unequal chances: family background and economic success, pp. 145-164, Princeton: Princeton University Press.

15. Ridley, Matt. 2003. Nature via nurture, New York: Harper Collins.

16. Turkheimer, Eric; Haley, Andreana; Waldron, Mary; D'Onofrio, Brian, and Gottesman, Irving I. 2003. Socioeconomic status modifies heritability of IQ in young children. Psychological Science 14, 623-628.

17. Björklund, Anders; Lindahl, Mikael, and Plug, Erik. 2006. Intergenerational effects in Sweden: what can we learn from adoption data? The Quarterly Journal of Economics, forthcoming.

18. Sacerdote, Bruce I. 2007. How large are the effects from changes in family environment? A study of Korean American adoptees. The Quarterly Journal of Economics 121, 119-158.

19. Liu, Haoming and Zeng, Jinli. 2009. Genetic ability and intergenerational earnings mobility. Journal of Population Economics 22, 75-95.


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Hace tres años en el blog: De católicos.
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sábado, 4 de enero de 2014

La Economía y el debate entre naturaleza vs. crianza (1)


Esta es la primera parte de la traducción de mi artículo de diciembre en Mapping Ignorance.

Este artículo resume una revisión de la literatura presentada en Sacerdote (2011) [1]. Agradezco a Ricardo Mora el haberme recomendado su lectura.

El modelo más sencillo en genética del comportamiento supone que los resultados del hijo (Y) se producen por una combinación lineal y aditiva de los inputs genéticos (G), de las condiciones ambientales compartidas (F) y de factores no explicados (S). Por ejemplo, si Y son años de educación, el modelo puede expresarse como

    Y = G + F + S,

donde G, F y S son los años de educación explicados por factores genéticos, ambientales y no explicados, respectivamente.

Harían falta muchos estudios para saber exactamente qué factores genéticos y ambientales hay tras esta relación. Mientras se eso hace podemos aprender mucho acerca de la importancia de los tres factores considerados. Si, además, asumimos que G, F y S no están correlacionados y tomamos la varianza en los dos lados de la ecuación, tenemos:

    Var(Y) = Var(G) + Var(F) + Var(S).

Si dividimos los dos lados por Var(Y) obtenemos:

    1 = g + f + s,

donde g y f son la parte de la varianza en los años de estudio explicados por factores genéticos y ambientales, respectivamente, mientras que s es la varianza que continúa sin explicar.

Si medimos Y, G, F y S en las unidades apropiadas (restando la media y dividiendo entre la varianza), unos cálculos estadísticos sencillos muestran que la correlación entre los resultados de dos hermanos adoptivos es igual a

    Corr(Y1,Y2) = Covar(Y1,Y2) = Covar(F1,F2) = Var(F1) = f,

mientras que la correlación entre dos hermanos biológicos es igual a

    Corr(Y1,Y2) = Covar(Y1,Y2) = Covar(G1+F1, 1/2G1+F1) = 1/2g + f.

Todo lo anterior asume que dos hermanos adoptivos no comparten factores genéticos, pero sí comparten el ambiente al 100%, mientras que los biológicos comparten el 50% de los factores genéticos y el 100% de los ambientales.

Estudiando estas correlaciones entre hermanos adoptivos y entre hermanos biológicos podemos encontrar los valores de g, f y s. Por ejemplo, si las correlaciones son 0,1 y 0,35, respectivamente, tenemos que f = 0,1 y g = 0,5. Si este es el caso podemos decir que el factor genético explica el 50% de las diferencias en Y en la población, mientras que el ambiental explica solo el 10%, dejando un 40% sin explicar. Un análisis similar puede hacerse usando gemelos idénticos y no idénticos.

Hay cuatro meta-estudios en la literatura que miden las contribuciones de los genes y del ambiente familiar en el coeficiente de inteligencia: Goldberger (1977) [2], Bouchard y McGue (1981) [3], Devlin et al. (1981) [4] y Taylor (1980) [5]. La varianza atribuida a factores genéticos varía entre el 32% y el 60% (con una media alrededor del 50%), mientras que el ambiente común explica entre el 4% y el 29% (con media 15%). Otros cuatro estudios, desarrollados principalmente por sociólogos y economistas, usan el modelo de comportamiento genético para analizar la varianza en los años de educación: Behrman y Taubman (1989) [6], Scarr y Weinberg (1994) [7], Teasdale y Owen (1984) [8] y Behrman et al. (1977) [9]. En estos estudios los factores genéticos explican entre el 36% y el 88% (con media en 60%) de la varianza, mientras que el ambiente común explica entre el 5% y el 41% (con media alrededor del 20%). Otros estudios sobre ingresos y rasgos de personalidad muestran diferencias similares entre estos factores, aunque ambos en un nivel menor.

(Continúa aquí.)

Referencias


2. Goldberger, Arthur S. 1978. The genetic determination of income: comment. American Economic Review 98, 960-69.

3. Bouchard, T.J., and McGue, M. 1981. Familial studies of intelligence: a review. Science 212, 1055-1059.

4. Devlin, B.; Daniels, M., and Roeder, K. 1997. The heritability of IQ. Nature 388, 468-471.

5. Taylor, Howard F. 1980. The IQ game, New Brunswick: Rutgers University Press.

6. Behrman, Jere R., and Taubman, Paul. 1989. Is schooling 'mostly in the genes'? Nature nurture decomposition using data on relatives. Journal of Political Economy 97, 1425-1446.

7. Scarr, Sandra, and Weinberg, Richard A. 1994. Educational and occupational achievements of brothers and sisters in adoptive and biologically related families. Behavior Genetics 24, 301-325.

8. Teasdale T.W., and Owen, David R. 1984. Heredity and familial environment in intelligence and educational level—A sibling study. Nature 309, 620-622.

9. Behrman, Jere R.; Taubman, Paul, and Wales, T. 1977. Controlling for and measuring the effects of genetics and family environment in equations for schooling and labor market success. In Kinometrics: Determinants of socioeconomic success within and between families, editor, Paul Taubman, Amsterdam; New York: North-Holland Pub. Co. Elsevier North-Holland.

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Hace tres años en el blog: Un poco más limpios.
Y también: Los Reyes Magos.
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