domingo, 7 de septiembre de 2014

Los mitos de la razón. El Eslabón Perdido.

El Eslabón Perdido aparece con frecuencia en la cultura popular moderna

Al contrario de lo que el nombre parece indicar, no se trata de un objeto, sino de un ser, medio humano medio mono, que debía estar presente para completar los ciclos darwinianos. Recuerda a la leyenda del judío errante de la mitología cristiana, otro ser que también debe existir en algún lugar del mundo, pero al que nunca se encuentra.

Al contrario también que otros personajes de la mitología científica, este ser no tiene ningún poder sobrenatural, antes bien su originalidad reside justamente en hacer desaparecer las intervenciones sobrenaturales de la cosmogonía científica. En un comienzo el Eslabón Perdido es conjeturado por los mortales, quienes lo buscan en las entrañas de la tierra, donde debería estar escondido en un laberinto de estratos y fósiles. La búsqueda dura décadas e incluye varios fracasos, como el hallazgo del llamado Hombre de Piltdown, personaje destinado a engañar a los humanos haciéndose pasar por el Eslabón Perdido. La burla dura varios años, pero tras ser descubierta la búsqueda continua. Finalmente se produce el encuentro con la sorpresa de no uno sino de muchos eslabones perdidos, algunos de los cuales no lo son entre los monos y los humanos actuales, sino que muestran la existencia pasada de otras especies de humanos. Esta manera de completar y aumentar la cosmogonía se muestra como un gran triunfo de la humanidad.

Como suele suceder con las mitologías científicas de carácter cosmológico, existe también una corrupción de su relato y de su sentido en las mitologías religiosas, en particular en aquellas basadas en la literalidad. En esta ramificación de la historia el Eslabón Perdido nunca es encontrado, a pesar de que las leyendas literalistas narran los mismos hallazgos que las científicas. La manera de integrarlos en su propia cosmología es, sin embargo, muy distinta, y es consiste en repetir un rezo tras cada aparición: “Hallazgo B que nos quieres hacer creer que eres el eslabón entre A y C, si así lo fueras tu presencia nos hablaría de otros dos eslabones, uno entre A y B y otro entre B y C. Renegamos de ti y confiamos en nuestro señor el Diseñador Inteligente para que nos libre de tal contradicción así como de la tentación de creerte hallado. Así sea por los siglos de los siglos”.

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Hace cinco años en el blog: Una buena noticia, un mal enfoque.
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