viernes, 3 de febrero de 2017

Los efectos de la inmigración en el país de acogida (1)

Esta es la primera parte de la versión en español de mi artículo de diciembre en Mapping Ignorance.


He aquí una visión súper simplificada de la inmigración: un número sustancial de trabajadores poco cualificados entran en el mercado de trabajo, causando un desplazamiento de la oferta de trabajo hacia la derecha (los trabajadores son oferentes de trabajo), y cambiando el equilibrio prevaleciente a otro con salarios menores. Este no tiene que ser el caso. Los inmigrantes también son empresarios y aumentarán la demanda de trabajo, y los trabajadores cualificados pueden añadir capital humano del país receptor y crear complementariedades con los trabajadores nativos. En esta entrada resumo un reciente artículo de Giovanni Peri (2016) [1] (a menudo con sus propias palabras) que repasa los estudios sobre inmigración y que tiene en cuenta todas estas complicaciones.


Los hechos relacionados con la inmigración en EE.UU., Europa occidental, Canadá y Australia no siguen los estereotipos. En estas regiones desarrolladas ha habido un crecimiento similar de los nacidos en el extranjero como proporción de la población, con un crecimiento del 8-9 puntos porcentuales de la población entre los años 1960 y 2015, que supone un 0,2 por ciento por año. Desde 1990 la mayoría de los inmigrantes provienen de países no ricos que no son los más pobres de su respectiva región. La emigración hacia los países de ingresos altos se describe mejor como una fase del desarrollo económico de un país más que como válvula de escape de los países más pobres (Clemens 2014 [2]). Sin embargo, el factor más llamativo de la inmigración es que la composición de los inmigrantes tiende a ser más educada no ya relativa al país de origen, sino también relativa al país de destino (Docquier y Marfouk 2004 [3], Docquier, Lohest, y Marfouk 2005 [4]). La razón más probable para este hecho es que los beneficios de la emigración son mayores para esos individuos. Finalmente, los inmigrantes tienden a localizarse en ciudades, donde podrían estar contribuyendo a la aglomeración de capital humano y a las externalidades derivadas de la densidad.

Para analizar los efectos de los inmigrantes en el país anfitrión, sería útil considerar grupos separados según sus destrezas. Una primera y relevante cuestión es considerar individuos con educación universitaria y sin ella. En los EE.UU. el influjo de inmigrantes ha sido equilibrado entre estos dos grupos. En 2014 el porcentaje de extranjeros entre los trabajadores americanos con y sin un título universitario era de 16,1 y 16,9 respectivamente. Estos hechos tienen dos implicaciones. Primero, debido a la similar composición de los dos grupos, la inmigración no ha podido influir mucho en los salarios relativos. Segundo, como la inmigración es constante y estable, el capital se ha podido adaptar fácilmente (como lo hace ante aumentos estables en el crecimiento de la población), de manera que los salarios absolutos deberían haberse mantenido estables como respuesta a la inmigración.

Hay una distinción más detallada que separa el grupo de no universitarios en subgrupos, dependiendo de la realización de tareas manuales o no manuales. Ahora sí encontramos diferencias relevantes entre la composición de los subgrupos, con un porcentaje de extranjeros de 32 y 18 en los subgrupos con más y con menos tareas manuales, respectivamente. Los trabajadores universitarios, por otra parte, pueden separarse entre aquellos que realizan tareas matemático-analíticas, donde se concentran los inmigrantes, y aquellos que realizan tareas de comunicación y gestión. Teóricamente estas diferencias en composición implican que los salarios en los trabajos con tareas manuales y en las analítico-matemáticas deberían decrecer, mientras que, a través de complementariedades, podrían también generar un incremento de los salarios de las ocupaciones no manuales y no matemático-analíticos, que beneficiarían en mayor medida a los trabajadores nativos. Las habilidades manuales son transferibles entre países, mientras que las habilidades de comunicación son más difíciles de transferir, especialmente si el idioma es distinto. Para los emigrantes con educación universitaria, transferir conocimientos analíticos entre países es más fácil que transferir las habilidades de gestión y comunicación, que son más específicas a la cultura de cada país.

Un implicación adicional de las diferencias y complementariedades anteriormente señaladas es que los trabajadores nativos se desplazan de las tareas que realizan los inmigrantes hacia aquellas que las complementan, bien cambiando la educación que eligen, bien moviéndose a ocupaciones que se especializan en habilidades para los que los trabajadores nativos tienen ventaja comparativa. Este movimiento a su vez aumenta las complementariedades y reducen la competición entre inmigrantes y nativos (Peri y Sparber 2009 [5] estudian el efecto para los trabajadores no universitarios y Peri y Sparber 2011 [6] hacen lo mismo para los universitarios). Estos movimientos no son las únicas posibilidades, puesto que los trabajadores nativos también pueden reaccionar con movilidad geográfica o con ajustes dentro de la empresa.

(Continúa aquí).

Referencias

1. Peri, G. 2016. Immigrants, Productivity, and Labor Markets. Journal of Economic Perspectives 30:4, 3-30. 

2. Clemens, M.A. 2014. Does Development Reduce Migration? IZA Discussion Papers 8592, Institute for the Study of Labor (IZA). 

3. Docquier, F., y Marfouk, A. 2004. Measuring the International Mobility of Skilled Workers (1990–2000): Release 1.0. Policy Research Working Paper 3381, World Bank. 

4. Docquier, F; Lohest, O., y Marfouk, A. 2005. Brain Drain in Developing Regions (1990–2000). IZA Discussion Papers 1668, Institute for the Study of Labor (IZA). 

5. Peri, G, and Sparber, C. 2009. Task Specialization, Immigration, and Wages. American Economic Journal: Applied Economics 1:3, 135–69.

6. Peri, G., y Sparber, C. 2011. Assessing Inherent Model Bias: An Application to Native Displacement in Response to Immigration. Journal of Urban Economics 69:1, 82–91.

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Hace cinco años en el blog: Extrañas finanzas en el primer ESkepticamp.
Hace tres años en el blog: La vida en las barriadas de chabolas. ¿Oportunidad o trampa de la pobreza? (1)
Y también: La vida en las barriadas de chabolas. ¿Oportunidad o trampa de la pobreza? (2)
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